Esta semana el Tour pasaba por Barcelona, como supongo que ya sabréis, porque lo habrán dado en las noticias y todo eso. No soy aficionado al ciclismo, pero hay gente que se va a Francia para verlo, así que ya que iba a pasar cerca de mi localización, era una buena oportunidad.
El jueves bajé a plaza España para ver el fin de la etapa.
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Y la verdad es que no lo pillo. O sea, lo malo de esto de ver una carrera ciclista es que los corredores pasan como una exhalación y hala, ya puedes irte. Supongo que debería haberme quedado para ver la entrega de premios, pero no tenía tiempo.
Por lo menos hicieron algo original: nos repartían unas cartulinas amarillas para que las levantáramos al pasar el primer corredor y así hacer una ola por las calles de Barcelona. Es una buena idea, aunque no he visto el vídeo de cómo habrá quedado visto desde el aire.
1 comentario:
Hombre, es que ver una etapa en vivo y además llana no tiene nada, pasan y se acabó. lo mejor es verlo en un puerto, cuanto más duro mejor. Y por supuesto mejor que en la tele en ningún sitio.
Yo este año he ido a Andorra y les vi en Arcalis, el ambiente es cojonudo, además te encuentras con gente de muchos diversos sitios.
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