domingo, 30 de junio de 2013

Mi análisis de "El Hombre de Acero"

Escribo esto después de haber visto dos veces El Hombre de Acero. Me gustó tanto que quise ponerme a escribir sobre ella después de la primera vez, pero he preferido esperar a la segunda para dar una opinión mejor formada.

Si no has visto la película, no leas lo de abajo porque te la voy a estropear. Solo te diré esto: Ve a verla, porque merece la pena. Estarás de acuerdo con su planteamiento o no, te gustará más o menos, pero no tendrás la sensación de haber tirado el dinero. Indudablemente, se trata de una película que ha tenido un trabajo muy cuidadoso detrás. 


 ****SPOILERS A PARTIR DE AQUÍ****

Empecemos por decir que el Hombre de Acero se centra en presentar el origen de Superman. Y además, en hacerlo de manera verosímil. Esas son las dos palabras clave: Origen y verosimilitud.

Siguiendo de mi entrada anterior, coincido con la opinión general de que había que dar un nuevo enfoque al personaje, pero no porque el mundo haya cambiado tanto (que es lo que suelen decir por ahí), sino porque la manera óptima de presentar al personaje no es la que se había hecho hasta ahora. Y mostrar un origen verosímil me ha parecido un acierto en este sentido.

Y es que el reto al que se enfrentaba El Hombre de Acero no era recordar a la gente porqué mola Superman, sino mostrárselo en ese momento. Por eso no podía mostrar directamente a un Superman con sus altos principios morales, había que darles un origen también. Así, su capacidad para inspirarnos a todos será mayor.

Lo que me lleva directamente a los puntos más polémicos de la historia: Las muertes de Zod y de Jonathan Kent. Creo que son puntos pivotales para desarrollar bien al personaje, y voy a argumentar porqué.


1. Superman nunca mira hacia otro lado cuando puede ayudar a alguien. Quizá porque recuerda cómo se sintió cuando no hizo nada por ayudar a su padre. Hay quien dice que Clark nunca le habría dejado morir (eso nunca ha pasado en los cómics). Y no, claro que no, si hubiera tenido tiempo para pensarlo. Creo que la escena estuvo muy bien montada, al mostrar una de esas situaciones en las que uno actúa mal por tener que decidir muy deprisa. Está claro que Clark se arrepintió de aquello toda su vida, primero para que su muerte no fuera en vano, se recluyó en las sombras. Y después,  para redimirse a sí mismo, decide dedicar su vida a ayudar a la gente.


2. Superman nunca mata a nadie. Esto es una máxima en los cómics, es una muestra de su ética inquebrantable. Quizá es porque recuerda cómo se sintió al tener que asesinar a Zod. Esa también fue una escena muy emotiva, en los momentos anteriores estaba pensando en lo que probablemente pensaba Clark también: ¿Cuántas víctimas mortales están siendo causadas por esta batalla loca en Metrópolis? ¿Cuántos seres humanos van a morir antes de que detenga a Zod, si es que consigue detenerlo?

Además me recordó mucho a una escena que he visto en cómic: no de Superman, sino de Wonder Woman. En el número 219, se ve obligada a romper el cuello a un villano. Las consecuencias del acto se extendieron por muchos números posteriores, mostrando cómo el mundo la repudiaba por haber hecho eso. Estoy casi seguro de que la escena de El Hombre de Acero ha sido inspirada por este momento:


Por otra parte, estas dos escenas, y en general todo el tono serio y dramático de la película lo alejan del cómic. De hecho, casi se siente más una película de alienígenas que de un superhéroe.

Un ejemplo opuesto fue Green Lantern, la adaptación que se estrenó hace dos años. Aquella película era básicamente un cómic en movimiento, con todos y cada uno de los tópicos diciendo "presente". A mí me encantó, y me sigue gustando, porque la peli me dio exactamente lo que esperaba ver en ella. Sin embargo, al público general no le gustó, probablemente porque lo que funciona en un cómic no funciona en el cine. Son medios diferentes.

Por otra parte, Green Lantern no es lo mismo que Superman. Es decir, las historias de GL también me parecen inspiradoras, pero en este caso todo gira en torno a superar el miedo. Encontrar tu fuerza de voluntad y que no te importen las adversidades. Es un buen mensaje, pero el que transmite Superman es mucho mayor. La honestidad, la valentía, la justicia, la generosidad.... abarca tantas virtudes, por eso es un símbolo tan importante. Superman no es Green Lantern, no es Iron Man, no es Lobezno. Es mucho más importante e icónico.

Por tanto, me alegro de que los productores de El Hombre de Acero se hayan dado cuenta de que el cine no es un cómic, y se hayan alejado de él, sin perder la esencia de los personajes. Las personalidades de Superman, de Lois, de Zod... parecen sacadas directamente del cómic, como debe ser. La historia, la ambientación, la fotografía... no tienen porqué.
Así, yo acudí al cine con una idea en la cabeza de lo que iba a ver. Y a pesar de que me había visto cada trailer, cada spot de televisión, cada imagen... me sorprendió para bien.


Algunos puntos más específicos:

- Me alegro mucho de que en esta ocasión hayan mostrado al auténtico Krypton, con bestias aladas incluidas (el Krypton hecho de hielo fue una invención de las películas de 1970). Y un atisbo de la sociedad kryptoniana, dividida en estirpes y con dogmas religiosos (ese "herejía!" que grita Zod). Lástima que no hubiera tiempo para mostrarla en toda su riqueza. Quizá escriba otra entrada solo para hablar de ella, porque merece la pena.
.
 
¡Esto es Krypton!
 

Esto es un cubo de hielo.

- El uso de la cámara en mano todo el tiempo. Incluso en escenas que son puro CGI, por ejemplo, cuando la máquina planetaria cae sobre el Índico. Un punto a favor de la verosimilitud.

- Los muchos guiños que contiene para los fans de los cómics. Desde frases particulares hasta poses del personaje. Referencias por doquier. En esos detalles se nota el cuidado que han puesto.

- Un gran acierto es que Lois se presenta como una heroína en derecho propio, y no una simple dama en apuros. No duda en enfrentarse al peligro y lo hace en pos de la verdad, sin dar la sensación de ser estúpida, que es una de las cosas que más me fastidiaban de las anteriores adaptaciones. Lástima que no hubiera tiempo para desarrollar mejor el romance entre ella y Clark. Aun así, la escena del beso es preciosa, me alegro de que incluyeran algo tan clásico.

Faora es otro gran personaje femenino

- Algo que no me gustó fue la versión holográfica de Jor-El, porque me pareció excesiva. Parecía que Kal estuviera hablando con su padre de verdad, cuando se trata al final de una inteligencia artificial. Daba mucho la impresión de seguir vivo, y eso al espectador común puede confundirle.

- Otro punto negativo es que no haya explicación para que Clark se ponga el traje. Lo pillo: Es un traje kryptoniano, la S es el símbolo de su familia, y también un símbolo de esperanza. Por eso se presenta con el traje al mundo. Pero unas palabras no habrían estado de más.

- La Fortaleza de la Soledad como una de las antiguas naves de exploración. Esto es un cambio brutal con respecto al cómic, y sin embargo funciona tan bien porque es mucho más lógico. Además me deja con la esperanza de ver a Supergirl en la secuela, un personaje que considero una pieza fundamental de la mitología de Superman.

Las naves de exploración de Krypton.


- La pelea final entre Superman y Zod. Recuerdo estar viendo la escena final de Matrix Revolutions y pensar "esto quedaría genial en una peli de Superman". Bien, pues aquí está! Y sí, queda supergenial!

- No sé porqué, pero la escena que más me puso los pelos de punta ambas veces fue la lucha de Superman contra la máquina planetaria. Quizá porque al mismo tiempo te mostraban lo que estaba en juego en Metrópolis, con tanta destrucción a cada segundo, era como "por favor, acaba ya!!"

- Los flashbacks incluídos en momentos clave, de manera que relacionaban los recuerdos de Clark con la trama principal. Una manera muy acertada de incluir esa parte de su origen.

Y tantos otros momentos particulares...


****FIN DE SPOILERS****

Llevo una semana sin parar de darle vueltas a la película, por algo ha de ser. Ya digo, quizá es porque este personaje tiene una importancia especial para mí. Pero sin duda es una gran película que aconsejaría a todo el mundo.

Eso es todo. Ahora bien, vi los Vengadores cuatro veces en pantalla grande. Así que tendré que hacerle otras dos visitas al cine por lo menos, que esto está aún mejor que los Vengadores. Y porque vale la pena y lo merece, qué diablos.

Es más, me voy ahora mismo. Adiós.

El mundo necesita a Superman

Hoy querría hablar de la película que está de actualidad, El hombre de acero, y que es además un estreno que que llevo esperando mucho tiempo, por tratarse de un personaje muy especial para mí. En esta entrada comentaré sobre el personaje únicamente (por tanto, no hay spoilers), y en la siguiente os daré mi opinión de la peli.

Mi afición por Superman ha ido creciendo con el tiempo. De pequeño me gustaba ver la serie de Lois & Clark, de hecho era de mis favoritas. Vi las pelis de los 70, claro, pero nunca me llegaron a gustar mucho. Cuando empezó Smallville en 2004 descubrí un nuevo punto de vista para el personaje. Y un par de años después descubrí el mundo de los cómics, que han acabado convirtiéndose en una afición muy perniciosa para mi bolsillo.

Una de las cosas que me llamaron la atención desde el principio es que el Superman de los cómics, y toda la mitología que le rodea, es muy diferente de la imagen que tiene la gente en la cabeza. Esto se debe a que muchos conceptos ridículos de los cómics de los 70 (en los que se basan las anteriores adaptaciones cinematográficas) se acabaron dejando atrás. Por ejemplo:
- Que Krypton fuera un planeta de hielo.
- Que Superman se cambie en cabinas telefónicas.
- Que Lois esté enamorada de Superman sin saber que es Clark Kent.
- ...

¿Calzoncillos por fuera? Qué?

Sin embargo, sí que hay una serie de elementos universales que definen a Superman, y que lo convierten en un icono. Por ejemplo, la historia de su origen ha tenido muchísimas versiones; pero da igual cuán alternativas pretendan ser, estas historias siempre se resumen en:
  • Un planeta moribundo.
  • Unos científicos desesperados.
  • Un bebé como su última esperanza.
  • Una pareja bondadosa que lo cría.
Por estos motivos, uno pensaría que la de Superman es una historia muy fácil de pillar. Pero la gente tiene ideas bastante fuertes sobre qué clase de hombre es Superman y qué clase de atmósfera debería tener una película sobre él, según a qué versiones del personaje hayan estado expuestos.

También existe toda una percepción entre los no-fans, de hecho toda una corriente de pensamiento, dedicada a cuestionar la relevancia de Superman en la cultura moderna. Incluso entre los lectores de cómics, está la discusión sobre si Superman es lo suficientemente molón. O sea, ¿por qué no es tan popular como Batman? Y creo que esta percepción es debida a estos elementos externos, obsoletos o fuera de época.

No me malinterpretéis: Las (primeras dos) pelis con Christopher Reeve fueron obras maestras del cine para la época en que fueron rodadas. Inventaron un género nuevo, el de superhéroes. Es decir, consiguieron que la gente fuera al cine a ver una historia que gira en torno a un solo personaje, que se alza superior al resto, y que transmite inspiración con sus actos.
Un análogo sería El exorcista, obra maestra porque consiguió que la gente acudiera al cine a ver una historia terrorífica, y a sentir miedo. Ahora bien, desde entonces hemos aprendido, y hemos tenido películas que han conseguido transmitirnos miedo de manera mucho más convincente, dejando a esa obra pionera fuera de nuestra época. De la misma forma, no desmerezco a Superman I y II si digo que hay maneras mucho mejores de inspirar al público con este personaje.

 

Bien, entonces. Supes mola, ¿por qué? Bueno, para mí, Superman es una fuente de inspiración. El nunca se rinde, y nunca deja de creer que debe hacer lo correcto. Hay algo bueno en que la persona a la que admiras sea un personaje de ficción: que nunca te va a defraudar. ¿Que quieres que sea real? Bueno, pues conviértete tú en ese personaje.

Con el enfoque adecuado, creo que esta admiración se puede trasladar a casi todo el mundo. Todos nos enfrentamos a dificultades, a nuestros villanos particulares, en nuestra vida. Y viene bien tener puntos de referencia. Es posible que cada uno tengamos uno diferente. Para muchos serán personas del mundo real. Para otros, figuras religiosas. Para los frikis como yo, personajes de mundos imaginarios. Sean quienes sean, estoy seguro de que Superman tendrá puntos en común con ellos.

Existe una manera de malinterpretar el título de esta entrada: Superman es un alienígena muy poderoso que viene a la Tierra. ¿Significa lo que digo que la humanidad necesita a alguien de fuera para que le enseñe cómo debe comportarse? - Parece una bobada, pero he descubierto que es un punto de vista muy extendido. El equívoco viene porque Superman se cria en la Tierra. Su fisiología es extraterrestre, pero él es parte de la humanidad. De hecho, representa los buenos valores de la humanidad gracias a lo que Jonathan y Martha Kent le enseñaron.


Y ¿hace falta que sea un "ser superior" el que nos inspire? Pues no, como digo, todos tenemos nuestras fuentes de inspiración particulares. Pero la cosa es que alguien como Superman tiene la capacidad de convertirse en un símbolo de esperanza para el mundo entero, y la coge y la provecha. Nosotros, a nuestro menor nivel, podemos usar nuestro potencial para ayudar a los que nos rodean siguiendo su ejemplo.

De hecho, creo que si todos siguiéramos su ejemplo, no habría lineas imaginarias en los mapas y nos uniríamos como un solo pueblo. Ya he comentado en una ocasión anterior que la fantasía nos permite mirar a nuestro mundo desde fuera y abandonar nuestro adoctrinamiento. He aquí un ejemplo paradigmático. Es fácil olvidar nuestra capacidad para hacer el bien, pensar que otras civilizaciones probablemente sean mejores que nosotros, y hacer de la desconfianza nuestro estandarte. Trascendamos estas creencias infantiles y usemos nuestra fuerza individual para hacer lo mejor que podamos hacer con nuestra vida.

En este año, se cumplen 75 años desde la creación de Superman. Con algo de suerte, estaré por aquí cuando cumpla 100; seré un señor de 53 tacos pero ahí estaré con mis tebeos y mis películas, disfrutando de sus historias como si tuviera 10 añitos.



martes, 18 de junio de 2013

Matemáticas y estupidez

Cumpliendo con mi renovado propósito de plasmar cosas que pienso, vamos a empezar con algo a lo que he dado muchas vueltas durante los últimos meses.

Imagino que será algo común a la mayoría de nosotros el sentir ansiedad en épocas de mucho trabajo. Y, en muchas ocasiones, esta ansiedad va ligada a la procrastinación. Esta última palabra define uno de esos conceptos tan específicos que me encantan: el acto de posponer una actividad urgente, aun siendo consciente de las consecuencias que acarreará, y sustituirla por otra más agradable. Por supuesto, es la mejor manera de no alcanzar tus metas. Y es habitual asociar esta práctica a la holgazanería, pero me he dado cuenta de que no siempre se trata de eso, a veces se trata de la ansiedad.

A modo de ilustración, comentaré la que ha sido mi experiencia durante la tesis...

En una disciplina técnica como la física (no sé sobre el resto), el paso de la carrera al doctorado es un enorme salto. Tan grande que quien no haya tenido que realizarlo no se lo puede imaginar. Mientras eres estudiante, tienes asignaturas, cada una de las cuales se basa en uno o dos libros.

Pero cuando vas al tema de la investigación, todo cambia: Sobre el tema de mi campo, cada día surgen del orden de 10 artículos científicos nuevos. Multiplicad eso por los últimos años y veréis que salen decenas de miles de artículos, literalmente millones de páginas que leer. Durante la carrera podías tener lagunas sobre ciertos temas, pero al acabar estás asomándote a un océano de ignorancia. En consecuencia, no entendía la mayor parte de lo que decían los artículos que leía y me sentía estúpido. Eso hacía que tuviera los tres ingredientes del fracaso académico:
- Miedo de hacer preguntas.
- Timidez para pedir ayuda.
- Temor del juicio de otros.



Es sorprendente escribir sobre esto ahora, porque hace que veas a tu yo de hace cuatro años como un inmaduro. Con el tiempo, comprendí que ese océano era imposible de abarcar, pero que no hace falta comprenderlo todo para poder navegar en él, y superé esos tres puntos. Hasta cierto punto, porque esos miedos nunca se van del todo. De hecho, la única manera de superarlos es simplemente que te importe una mierda quedar como un tonto. Tiene que importarte lo que tú pienses de ti, no los demás.

Ahora viene el punto de protesta: creo que otras disciplinas no son tan duras como la física en este respecto. Y donde digo física, cabría decir cualquier rama científica que use las matemáticas. Porque las matemáticas tienen especialmente una gran capacidad de hacerte sentir estúpido. Te hacen pensar que puede que te falte lo que se podría llamar "inteligencia natural". No sé si eso existe, pero en cualquier caso lo que sí sé es que el fracaso o el triunfo en el ámbito académico no depende de ello en gran medida. Creo que, sobre todo, superar tus dificultades pasa por vencer a tu miedo interior. La ansiedad que lleva a la procrastinación.

Por supuesto, la mayoría de las personas no son conscientes de esto, y en particular los profesores y supervisores no son conscientes de que tienen la autoestima de sus estudiantes en la palma de su mano. Este cartel resume un punto de vista que percibo con frecuencia al hablar con ellos:

Las cosas buenas les pasan a los que se dejan el culo trabajando. Ajá.

Así que "¿no sabes lo que es una fibración de Hopf? Eso es porque no has trabajado, vago!". Esta es exactamente la línea de frustración que conduce a la ansiedad y de ahí a la procrastinación. Si bien este cartel es tecnicamente correcto, lo es en la misma medida que decirle a un atleta "las carreras las ganan los que corren más deprisa". La cuestión está en cómo conseguir lo segundo. No somos máquinas a cuyas piernas se pueda ajustar una velocidad, ni a las que se pueda programar para pasar más horas haciendo matemáticas.

Lo bueno es que las personas aprendemos a base de fallar. Pasar por un periodo de frustración puede ser instructivo. Enfrentarte al fracaso en matemáticas, la más dura de las disciplinas como he dicho, te enseña mucho sobre cómo encarar otros fracasos en la vida. Te enseña a superar tu desconfianza en ti mismo.

Lo cual me lleva a la conclusión: Mucha gente odia las matemáticas por cómo les hacián sentir en el colegio; pues bien, este es otro motivo más para que se le dé más importancia a enseñar bien las matemáticas. Haciendo incapié en que los instructores están haciendo algo más que eso; están ejerciendo de terapeutas con sus estudiantes. Si hacen bien ese trabajo, aunque el estudiante nunca más vuelva a mirar una ecuación, habrá aprendido una valiosa lección.

Regreso

¡Al fin! He aquí que el blog despierta de su prolongado letargo!

El motivo de la pausa era fácil de adivinar: Terminar la realización de mi tesis doctoral! Un proceso que llegó a final feliz el pasado viernes.

No sé con qué frecuencia postearé cosas ahora, mientras he estado fuera facebook ha terminado de conquistar internet y la blogosfera es solo un reducto que resiste como la aldea de Asterix ante la invasión romana.

Eso sí, ahora que soy doctor, supongo que tendré que escribir sobre cosas serias y profundas. Creo que me apetecerá hacerlo, al menos de vez en cuando. ¡Pero esto de escribir no va a dejar de ser algo que hago por diversión!

¡Nos leemos!