martes, 7 de agosto de 2012

Pausa definitiva

Parece que esos días más van a convertirse en meses. Por cuestiones de la "vida real", tengo que aceptar que ya no tengo tiempo para escribir en mi blog, igual que no lo tengo para hacer otras muchas cosas con mi tiempo libre.

Por suerte, esta situación crítica no es permanente, aunque preveo que continuará hasta febrero-marzo de 2013. Si el mundo sigue en pie, y la blogosfera no ha colapsado, volveré y nos leeremos entonces :)

miércoles, 25 de abril de 2012

Viaje a Stuttgart

En este viaje fui a visitar a mi colega Enrique, lector ocasional de este blog, que acababa de llegar allí tras terminar su doctorado en Madrid, y donde va a pasar una temporada relativamente larga. Stuttgart es la otra (aparte de Múnich) gran ciudad del Sur de Alemania. Popularmente, su nombre está asociado a la marca de coches Porsche, originaria de allí, al igual que la BMW es de Múnich. Una de sus consignas turísticas es "El nuevo corazón de Europa".

En la Schloßplatz de Stuttgart.

No la encontré muy diferente de Múnich. Es el mismo estilo de ciudad, con muchos parques, gente yendo en bici, calles espaciosas y la elegante arquitectura típica de aquí. Especialmente me gusta que haya tantas zonas verdes, lagos y jardines. El fin de semana que estuve hacía buen tiempo (para esta época del año), el Sol brillaba en lo alto y los parques ofrecían una visión muy linda, con gente practicando deporte, paseando o haciendo pompas de jabón gigantes:

Esto le encantaría a Willy Wonka.

En Invierno debe de ser genial para patinar.

En definitiva, la imagen que me dejó está muy alejada de esas ciudades de hormigón, grises y con edificios altos. Ahora bien, a diferencia de Trento, esta es una ciudad moderna que ha crecido mucho en los últimos años, así que no se respira un ambiente histórico/medieval. Lo cual no significa que sea menos interesante, porque por otra parte se ve mucha actividad en sus calles, también durante la noche. No parece ser lugar donde uno se aburra.
Por cierto, otra cosa buena eran sus calles peatonales. Deberíamos aprender de esto y hacer más zonas peatonales en España. Por ejemplo, puedo comparar Stuttgart con esos barrios de Barcelona con calles estrechitas por donde has de caminar pegado a la pared para que pasen los coches. ¡Vamos, hombre! Las ciudades son para las personas!

También había un castillo en el centro histórico, llamado "castillo viejo" para diferenciarlo del nuevo, que es un edificio más reciente que no parece un castillo. Dentro de él, tenían expuesta una recopilación de objetos pertenecientes a la historia de la ciudad. Entre ellos, la corona y el cetro de los antiguos reyes de Wurtemberg:

El Castillo Viejo.

Una corona sin rey.

Querría también recalcar la creciente internacionalidad de ciudades como Stuttgart, que por otra parte las hace lugares ideales adonde escapar buscando trabajo. Más de la mitad de sus habitantes no son originarios de allí, y el 40% ni siquiera son alemanes. Esto hace que te plantees hasta qué punto tendrá sentido dentro de unas décadas seguir manteniendo una Unión Europea dividida en 27 naciones con 23 lenguas oficiales diferentes (al menos, yo me lo planteo).

¡Alemania, donde el viento sopla del Oeste!

Me hubiera gustado volver para ver las cosas que me dejé sin visitar. Seguro que son muchas. Mi colega tiene suerte de vivir allí, y supongo que yo la tengo de haber podido pasar una temporada en Múnich. Pero dentro de nada me toca marcharme, y no tengo ninguna gana. Pero esto lo dejaremos para la próxima y última entrada germana :)

Viaje a Trento

Últimamente he estado muy ocupado como para actualizar el blog. A falta de poco más de una semana para dejar Múnich, me parece que es el momento de ir comentando cosillas de los últimos meses.
Pero antes de la última entrada sobre Alemania, voy a escribir un par de ellas comentando dos lugares interesantes en los que he estado, en ambos casos para visitar a amigos españoles que están viviendo fuera. El primero de ellos es Trento, Italia.

En la Piazza Duomo de Trento.

Aspecto general de la ciudad.

Esta fue la primera vez que iba a Italia. Esta ciudad está en el extremo norte del país, por eso el trayecto desde Múnich es corto. Más o menos, es la distancia que hay entre Bilbao y Zaragoza. Fue una visita de fin de semana, suficiente porque Trento es muy pequeña (tiene unos 100.000 habitantes). Quizá os suene su nombre porque, históricamente, es conocida por ser donde se celebró el Concilio de Trento, del cual derivó la escisión de la Iglesia cristiana.

Lo más importante que hay allí actualmente es la universidad, por lo que se la puede considerar una "ciudad universitaria". La Facultad de Ciencias ni siquiera está en Trento, sino muy en las afueras, en un pueblo aparte llamado Povo (5.000 habitantes), que es donde estaba viviendo mi colega. Es realmente extraño que se encuentre una universidad allí porque es lo que se dice un pueblo, con sus sembrados de tomates y todo. Al parecer, hay un solo bar para los estudiantes jóvenes que viven allí. ¡Y yo que me quejaba de que la UPV está en medio del campo!

Viñedos en Povo. Los Alpes al fondo.

La ciudad me recordó un poco a la portuguesa Braganza, solo que es más bonita. Su parte antigua es realmente preciosa, como sacada de un cuento. Es toda una zona peatonal, cerrada al tráfico y paseando por allí te encontrabas con edificios admirables cada dos calles o así. Y el olor a Historia, a calles por donde ha caminado gente diversa durante siglos, está presente en cada rincón. El paisaje en derredor es también espléndido porque está cerca de los Alpes (aunque en ese aspecto no es ni de lejos tan impresionante como Innsbruck).
Y como en toda ciudad medieval que se precie, un gran castillo se alza en el centro de ella: el Castillo del Buenconsejo, del siglo XIII. Actualmente es un museo, y merece la pena visitarlo.

El Castillo del Buenconsejo.

En lo que tuve tiempo de ver, se cumplió lo que yo imaginaba encontrar en una ciudad italiana, acogedora y agradable. Sería un buen sitio para vivir con tranquilidad, aunque no sé si uno se acabaría aburriendo de tanta parsimonia, del "italian way of life". En cualquier caso, es un buen sitio para pasar un finde turístico.
Termino con un comentario gastronómico: para probar la "auténtica pizza italiana" tendré que seguir esperando. Aunque fuimos a una pizzería, no encontré diferencias con las que tenemos en España. Al parecer, según lo que me dijo una amiga napolitana, estuve demasiado al Norte.

¡Italia, Italia, entre las montañas y el mar!

sábado, 17 de marzo de 2012

Starkbierfest

Una de las cosas que lamento de haber cogido la estancia en estas fechas en lugar de en otoño es no haber podido asistir al famoso Oktoberfest.

Pero por suerte, he podido estar en lo siguiente mejor: El Starkbierfest, es decir, el festival de la cerveza Stark! Es el evento de esta semana en Múnich y, por supuesto, no me lo he perdido.

Salón principal del Starkbierfest

Esta cerveza Stark, que no tiene nada que ver con Juego de Tronos ni con Iron Man, solo se produce en Alemania en esta época del año. Y los alemanes aprovechan para reunirse y montar una gorda. La fiesta dura dos semanas, este año ha sido esta y la siguiente. Así que es probable que vuelva a pasarme por allí todavía.

El origen de la celebración es curioso: Durante la edad media, se estilaba hacer una práctica penitencial de la Cuaresma, consistente en ayunar durante 40 días (no completamente, claro) para conmemorar el ayuno de Cristo en el desierto. Para hacerlo más llevadero, los monjes decidieron crear una cerveza con el doble de todo: Doble de malta, de levadura, etc. La cerveza más heavy de todas. Qué picaros. Porque, claro, el ayuno no dice nada de la bebida.

No recuerdo haber hecho esta foto. Creo que es porque ya era la tercera ronda :D

Esta cerveza, con 12º de alcohol, es por tanto muy fuerte y llena bastante. Así que, como es lógico, solo se sirve en jarras de litro. Y lo más peligroso es que entra muy fácilmente. Por supuesto, hoy en día el ayuno es Historia, de hecho en el Starkbierfest se bebe mucho y también se come mucho (ver entrada anterior, a la que ya tengo más cosas que añadir). Lo que sigue siendo como antaño es que la cerveza Stark solo se produzca en esta época.

El lugar donde se celebra es un biergarten llamado Paulaner en Nockherberg, con capacidad para unas 3000 personas. Todos bebiendo, cantando y bailando como en un festín medieval. Con música bávara, alemanes vistiendo sus trajes tradicionales y chicas con dirndl que no podrían lucir más lindas. Me enamoré media docena de veces esa noche.

Sin duda, los muniqueses sí que saben montar una fiesta ;)

domingo, 4 de marzo de 2012

Gastronomía Alemana

Tal como sugería en la entrada anterior, voy a hacer un repaso a las artes culinarias alemanas. Un tema de interés para todo el mundo, y una de las cosas que más estoy disfrutando en esta estancia.
Obviamente, me voy a centrar en las cosas que me han llamado la atención o que no son conocidas. Por eso no hablaré de las salchichas alemanas, pues sus bondades son sobradamente renombradas.

Ya veréis como se os abre el apetito :D

Carnes y platos principales:

1. Codillo - Schweinshaxe


El codillo de cerdo asado es el plato más típico de Múnich (y de Baviera en general). Es similar al que podemos encontrar en España, solo que mil veces mejor. Principalmente, porque lo asan hasta que la piel queda crujiente. Lo sirven en casi todos los resturantes y en la época estival es habitual encontrarlo en los biergarten. Sin embargo, es difícil de preparar en casa, porque se suele preparar en asadores parecidos a los de asar pollos. Se puede intentar hacer al horno, y queda rico, pero no tan rico.

2. Carne macerada en cerveza -
Rostbrätel


Esto, amigos, es la mayor delicia que he comido jamás (aunque digo esto demasiado a menudo). Un plato típico de la región de Turingia. Consiste en carne de cerdo (usualmente, del cuello), que se salpimenta, se unta con mostaza, y se introduce cruda en un cuenco, sumergida en cerveza con cebollas picadas. Se deja uno o dos días macerándose, y después se cocina. Así coge un sabor muy fuerte e intenso, a mostaza+cerveza+cebolla, en una combinación perfecta con el propio sabor de la carne. Está tan bueno, y es tan fácil de preparar, que es increíble que esta receta no haya traspasado las fronteras de Alemania.

3. Carne agridulce - Sauerbraten

Esto es parecido al anterior, también carne macerada, solo que en una mezcla de agua, vinagre, caldo de verduras y especias. El resultado es un sabor agridulce, bastante agradable para mi gusto, aunque no tanto como el rostbrätel. En el supermercado venden una salsa de sauerbraten que se puede añadir a la carne y da el pego bastante bien.

4. Tortitas de patata - Kartoffelpuffer

Estaba dudando si poner esto aquí o en postres. Pero creo que encaja mejor aquí, porque no es dulce de por sí. Estas tortitas son como los pancakes, solo que están hechas de patata machacada y cebolla picada, a las que se añade harina para que cojan consistencia y especias para el sabor. Aquí en Múnich se suelen servir acompañadas de puré de manzana, pero hay muchas variantes tanto en esto como en los ingredientes extra. Cada región de Alemania tiene su versión de los kartoffelpuffer, sirviendo a veces de acompañamiento para otros platos.

5. Pasta alemana - Spätzle

Es como la pasta normal, pero más gruesa y lleva más huevo. Eso le da un sabor bastante rico. En forma, son como macarroncitos pequeños. Supongo que los italianos dirán que eso no es pasta, que no está al dente, bla bla y no se puede comer. Pero para mí está bien rica.

6. Maultaschen



Es como se conoce a una especialidad de pasta rellena. Son como raviolis gigantes. Los que yo he probado iban rellenos de espinacas, pero estoy deseando probar los rellenos de carne.
Su invención, al parecer, fue independiente de las especialidades italianas, aunque se parezca mucho.

Acompañamientos:

1. Col fermentada - Sauerkraut


O, como se le llama a veces en España, chucrut. Es el acompañamiento típico de toda clase de carnes. Es muy barato, en el supermercado viene costando menos de 1€/kg. Fue inventado por los alemanes como una manera de conservar la verdura durante el invierno.
Existe una variante hecha con col de bruselas (rotkohl), que sigue un proceso de elaboración diferente. Mientras que el sauerkraut blanco es ácido, este es dulce. Por esta razón se suele servir con postres y con solo determinados platos principales. Parece ser que a la gente le genera rechazo mezclar dulce con platos de carne. No es mi caso, de hecho me gusta más este sauerkraut rojo que el habitual.

2. Albóndigas de patata - Knödeln


Una de las cosas que me pillaron de nuevas cuando vine a Múnich la primera vez eran estas cosas. Fue como "¿Qué es esto? Parece patata, pero es esférica, y con otro sabor!"
Se preparan haciendo puré de patata, mezclándolo con mantequilla, harina y otros ingredientes, hasta darle consistencia. Hay una enorme variedad de recetas, que difieren en lo de "otros ingredientes". Tienen nombres característicos: marillenknödeln, semmelknödeln, zwetschkenknödeln... Todas las que he probado están buenísimas, son más dulces que las patatas solas, y son la guarnición perfecta para platos como el codillo.

3. Albóndigas de pan - Brotknödeln


Las de patata son las más comunes. Pero también hay una variante hecha con pan, los brotknödeln. Por ejemplo, se pueden preparar mojando pan troceado en caldo de pollo con especias (salvia, principalmente), y formando bolas que después se cocinan. Estas son, de hecho, mis favoritas. Y también se les puede añadir carne, por ejemplo incluyendo trocitos de bacon en la masa. Y luego está la cúspide de la deliciosidad, que es cuando se preparan rellenos de carne (como un txoripan, pero con una albóndiga dentro).
También hay variantes para postres, que llevan azúcar y que se suelen rellenar de ciruela en almíbar.

4. Pan de centeno - Pumpernickel

Este es un tipo de pan que me gusta especialmente porque es muy compacto, y al mismo tiempo frágil. Lo venden en barras tipo pan bimbo. Pero las rebanadas se desmenuzan con las manos enseguida, porque más que de miga, está compuesto de los propios granos. Se ven a simple vista. El sabor es muy bueno, más dulce que el pan de centeno usual. Eso hace que te apetezca comerlo, aun a solas.

Lácteos:

1. Quark



No, no me refiero a las partículas elementales, sino a un producto lácteo parecido al yogur (al parecer, es pura casualidad que se llamen igual). De todos los productos originarios de Alemania, si tuviera que nombrar uno cuya ausencia de los supermercados españoles no entienda en absoluto, ese sería el quark. Porque aquí no es más caro que el yogur, y es casi más común (ocupa más baldas en la sección de refrigerados). Y sobre todo, es taaan bueno... La diferencia que tiene con respecto al yogur es que es más espeso. Como el yogur griego que nos anuncian tanto. Solo que el contenido en grasa del quark es muy bajo. Lo suelen vender mezclado con fruta (cerezas, peras, kiwis...) en botes grandes.

2. Suero de mantequilla - Buttermilch

Originalmente, esta bebida es lo que sobraba en la producción de la mantequilla. Hoy en día es un producto lácteo de por sí, obtenido tras la fermentación de la leche. Un proceso similar al que se usa para elaborar yogur, solo que el producto resultante es líquido. Para los que no nos gusta el sabor de la leche (como yo), esto es perfecto. Porque el sabor es muy parecido, pero es lo suficientemente diferente como para ser agradable (hablo de la versión azucarada, porque la buttermilch tal cual es agria). Suelo tener de esto en casa para el desayuno y va muy bien con los cereales!

3. Queso de montaña - Bergkäse

Es la variante más reconocida de queso alemán. Tiene un olor muy fuerte, como una mezcla de olor a pies y huevo podrido, jajaja. Eso disgusta a algunas personas. Pero el sabor es muy bueno, menos fuerte de lo que ese olor te parece indicar.

4. Obatzda


Esta especialidad es una mezcla de Camembert, queso cremoso y mantequilla. Se suele servir con cebolla, con la cual combina inesperadamente bien. Su sabor es exquisito.

Postres:

1. Pastel de manzana - Apfelstrudel


Es muy diferente de la tarta de manzana que conocemos en España. Básicamente es un rollo de hojaldre relleno de compota de manzana, con pasas, almendras y canela. Es mi dulce alemán preferido. La manzana le da el toque frutal ideal y es perfecto para cuando te apetece algo muy dulce. Si lo quieres más dulcete todavía, hay una variante rellena de nata y quark llamada Topfenstrudel.

2. Lebkuchen


Son el típico postre navideño de Alemania. Lo que sería el equivalente al turrón. Su nombre significa literalmente "pasteles de vida". Son como unas galletas especiadas. Hay infinitas recetas y sabores. Lo que tienen en común es que su contenido en harina es bastante bajo comparado con las galletas normales, siendo los frutos secos su composición principal.

3. Bolas de fraile


Estos bollos, cuyo nombre en castellano es muy gracioso, son como el equivalente alemán de los donuts. Su gracia está en su relleno. Al parecer, cada región de Alemania tiene su relleno tradicional. Aquí en Múnich, es una crema con sabor como a caramelo. Mis preferidos son los rellenos de mermelada de fresa. Y de hecho, ni siquiera se ponen de acuerdo en su nombre, por aquí los llaman Krapfen. En la mayor parte de Alemania, los llaman Berliner (berlinesas), y en Berlín los llaman Pfannkuchen.
Son sobre todo típicos de la época anterior a Cuaresma, que es cuando todos los escaparates de pastelerías se llenan de estas cosas.

4. Tarta de queso - Käsekuchen


La deliciosidad de la tarta de queso es por todos conocida. Pero aquí en Alemania es aún más rica, porque se elabora con quark. Eso hace que sea más baja en calorías, además de ser más densa y darle una textura tremendamente buena. Todo son ventajas.


...y ahora, si me disculpáis, me voy a cenar, jajaja.


P.D. Nueva sección del blog: Como soy un entusiasta de los trailers, a la derecha añadiré con cada actualización el trailer de algún próximo estreno que me parezca interesante. Justo debajo de la sección de recomendaciones musicales :)

sábado, 25 de febrero de 2012

Novedades desde Múnich



Uy, ¿25 de febrero ya? ¡Cómo pasa el tiempo! Es hora de ir actualizando el blog, me parece.

Como podéis ver, he sobrevivido al frío de estos meses invernales. Que no me pillaba de nuevas después de haber estado en Oulu, pero hacía bastante más frío que en España. Me reía de mis padres cuando me decían que había 0ºC en Bilbao, como si fuera algo gélido. Si aquí, cuando hemos vuelto a 0ºC ha sido un alivio. Vamos, es que daban ganas de salir sin chaqueta a la calle.

Invierno en mi calle

Llega a caer la nevada que hemos tenido aquí en España y el país se derrumba en el caos. Aquí están preparados, con quitanieves y tal. Sin embargo, no están tan preparados como en Finlandia. Allí nunca, nunca había nieve en los caminos porque enseguida la retiraban. Aquí la frecuencia de quitanieves es menor.

Lo bueno es que hemos tenido suficiente nieve como para poder tomarnos pausas en el trabajo e ir a jugar batallas de nieve. Y también para hacer un muñeco de nieve gigante!! Más grande que una persona, de hecho necesitamos una escalera para acabarlo:

Más bien parece un gungan de nieve...

Paradójicamente, sin embargo, pasar el invierno en España puede ser peor que pasarlo aquí. Por ejemplo, tanto en mi piso como en el Instituto hay muy buen aislamiento y se mantiene a una temperatura templada (~20ºC), mientras que los pasillos de mi facultad de Barcelona están helados (~10ºC). Esto es algo que comentaban mis compañeros del Instituto hace unos días. De cómo, alguna vez que fueron a España, las casas por dentro estaban frías. Y es ahí donde pasas la mayor parte del tiempo, así que es lo que cuenta al final.

Pero tampoco es que todo sea maravilloso en Múnich: Por ejemplo el transporte público, por ponerlo de forma concisa, es una puta mierda. Hay metro, pero su frecuencia es de 10 minutos. Y se extiende de forma radial desde el centro, de forma que para ir desde mi piso al instituto tengo que ir al centro a cambiar de línea. Tardo media hora en total. Y el precio es de locos: 2,40€ cada viaje, y si no, píllate una tarjeta mensual por... 46€!!

Algo bueno que puedes encontrar en las paradas de metro:
¡Máquinas expendedoras de LEGOs! :)

Así que me dije: "Anda y que os den, alemanes", y me compré una bici de 2ª mano en un mercadillo por 50€. La uso cada día para hacerme los 6 km que tengo hasta el insti. Es un buen ejercicio, además de gratis. La conexión es directa, con carril bici y atravesando un parque.

Fue interesante durante los días de frío profundo. El día más extremo, -18ºC y con viento. Hmmm, qué gustito. Pero la gente aquí son unos moñas de la hostia, les ves tapados con pasamontañas y gafas enormes... Yo iba tal cual y llegaba al trabajo con unas energías extra :D

Parque por donde pasaba con la bici.
(Con la nieve no se distingue el camino)

Por cierto, ya he hecho amigos! Tal como predecía, era cuestión de encontrar a la gente simpática. En general, mis compañeros son bastante sociables. Y siempre hablan en inglés cuando estoy presente (ya me deshice de esos maleducados de los que hablaba en la anterior entrada). Incluso hay alguno que sabe castellano.

Respecto a la dedicación, no veo que se tiren la vida en el trabajo, de hecho la mayoría se van a las 18 y a las 19 ya no queda nadie. Pero claro, a las 9:00 el instituto está lleno de gente. Yo sigo un horario medio español, porque nunca llego tan pronto.
Luego están los asiáticos, que no dejo de alucinar con ellos. En particular, hay un chino en mi despacho que me tiene intrigado, porque 1º no habla nunca con nadie, y 2º siempre está en el despacho. Nunca le he visto llegar ni irse. Incluso cuando voy en fin de semana, allí está.

No me malinterpretéis: no es que tenga costumbre de trabajar mucho los findes. Y menos ahora que tengo con quien salir, aunque sean todos chicos. Que de esto último no tengo la culpa, de unos 40 estudiantes que hay en el instituto, 3 son chicas. Y solo conozco a una... ¿Por qué ahuyentamos los físicos a las mujeres? Ays...

(en el campo de física teórica, me refiero)

A la hora de comer, voy con los miembros de mi grupo. Estudiantes y profesores, todos juntos; lo cual me parece una gran idea. Porque hace las relaciones mucho más informales. Puedes hablar de los progresos que tienes, de donde están tus dificultades... sin necesidad de hacer una reunión expresamente para eso.

Esto me recuerda que me sigue flipando lo buena que es la comida de aquí. En el supermercado no dejo de encontrar cosas nuevas. Especialmente postres riquísimos, y salsas. Y frutas que nunca había visto en España: Arándanos, pampelmusas, lichis, uchuvas... se pueden encontrar en cualquier supermercado. Y no más caras que fruta que consideramos habitual (p.ej. manzanas).
Podría hacer una entrada exclusivamente hablando de la comida alemana. Qué buena idea, quizá lo haga para la próxima.

El único, a la vez que gran, punto flojo de la comida alemana es el pescado. No he encontrado ningún sitio en mis alrededores donde comprar pescado fresco. Y en la cantina del instituto lo sirven una vez a la semana, si es que lo sirven. Esta semana, por ejemplo, hemos tenido carne cada día.

Codillo + cerveza. ¿Hay algo mejor?
(Si lo hay, creo que no quiero saberlo)

He vuelto a ir a la Hofbräuhaus, como véis en la foto de arriba. Pero aparte de eso, como ya hice mucho turismo cuando estuve aquí el verano pasado, no me he preocupado de bajar mucho al centro. El único sitio que he vuelto a visitar es el Deusches Museum, el museo de ciencias. Ahora tienen expuesta una máquina Enigma. Que no es muy impresionante vista por fuera, pero su sistema mecánico para codificar mensajes es de una brillantez increíble.


Mención especial merece el día que quedé con los compañeros para ir a ver la famosa PhD Movie, la película de PhD Comics. Es una película sobre lo que supone ser un estudiante de doctorado, básicamente una sucesión de los chistes más famosos de esas viñetas. Es la hostia, pero quien no sea ni haya sido PhD student no pillará la gracia. Por eso no está en cines, y solo organizan proyecciones especiales en facultades.

Una captura de mi vídeo

No la he encontrado para descargar en internet ("Todo está en internet" - Mentira!). Pensé en grabarla en screener, pero mi cámara, aun a mínima resolución, graba con demasiada calidad: ¡Solo grabé 20 minutos, y el vídeo me ocupa 3 gigas!

Hablando de cámaras, otra anécdota del piso: Un día me estaba preparando el desayuno en la cocina, cuando me da por mirar la ventana. A través de las cortinas vi a unos tíos grabando mi fachada con una cámara de estas de televisión. No me quedé a preguntar, pero no creo que estuvieran grabando cómo Dani se prepara sus cereales.
Y esta misma mañana, antes de ponerme a escribir esto, he visto una congregación de personas frente a la puerta, uno de ellos dando un discurso en un idioma que no entiendo. Tal vez sean oraciones. No he querido salir, por respeto. Voy a bajar de nuevo ahora, a ver si ha terminado.

Porque con esto y un bizcocho creo que he escrito suficiente. Gracias por leer, y hasta la próxima ;)

domingo, 5 de febrero de 2012

Innsbruck

La semana pasada aproveché la cercanía para irme a visitar la ciudad de Innsbruck, en Austria. Está a dos horas en tren desde Múnich y es un sitio que merece la pena visitar en Invierno. Fui a visitar a un colega que estaba de estancia en el Instituto de Óptica Cuántica.

Casas de colores a orillas del río Eno

Innsbruck es la capital del Tirol y está pegadito a las prominentes cumbres de los Alpes, lo cual ofrece un espectáculo sensacional. Es como si el mundo se curvase hacia arriba en el borde de la ciudad. Las cumbres nevadas eran impresionantes vistas desde casi cualquier esquina. Es muy parecido al lugar donde vivía Heidi.

Por la noche molaba más aún, porque las montañas quedaban oscurecidas, salvo por puntos de luz aquí y allí, de los albergues o algo. Eso me recordaba mucho a las almenaras de Gondor :D

"Quiero volver a ver montañas. ¡Montañas, Gandalf!"

No tengo fotos de las almenaras, no se distinguían en la negra noche.

A pesar de estar más al sur, su cercanía a los Alpes hace que tenga un clima más frío que Múnich. Según mi colega, bajan hasta -20ºC sin necesidad de olas de frío. Había mucha nieve acumulada a ambos lados de las calles. Eso me recordaba a Finlandia. Pero el día que estuve yo no hacía mucho frío.

Esculturas de nieve (sin acabar)

Este año se celebraron allí las Olimpiadas de Invierno de la Juventud. De hecho, se estaban celebrando durante el fin de semana en que estuve. Se veía atletas por todas partes, fácilmente reconocibles porque llevaban el uniforme de los juegos, con la bandera de su país. También por esta razón, había más gente de lo habitual.
Los juegos tuvieron lugar en las muchas estaciones de esquí que hay alrededor de la ciudad.

Pasé cerca de donde se estaba celebrando la ceremonia de clausura, aunque no pude pasar porque era solo para acreditados.

Gradas de sitio de la ceremonia de clausura

Con una población de 120.000 personas, no es muy grande, así que un día es suficiente para visitarlo. Imprescindible probar el Schnitzel, el plato típico de la región, que en los restaurantes españoles suelen llamar "escalope a la milanesa" equivocadamente (porque no es de Milán).

En la próxima entrada, contaré algunas cosas más de Múnich ;)

Tschüss!

miércoles, 11 de enero de 2012

Llegada a Múnich

Ya llevo una semana por Múnich, así que va siendo hora de escribir la entrada de rigor sobre las primeras impresiones. No es la primera vez (ver entrada correspondiente) que vengo aquí, pero tengo cosas interesantes que contar. En especial una sorprendente que me guardo para el final, así que leedlo poco a poco.

Como ya sabréis, he venido aquí por una estancia de cuatro meses, que viene siendo como irte de erasmus, pero en el doctorado. Solamente cuatro meses, porque es el plazo máximo que te dejan. Viene bien para colaborar con otros investigadores y tal. El lugar donde estaré trabajando no es la universidad, sino un centro científico llamado Instituto Max Planck de Múnich. Un buen sitio.

Hablando de trabajar como estudiante de doctorado: El otro día, cuando fui a abrirme una cuenta en el banco, pasó lo típico. Pensaba que era cosa de España, pero parece que aquí también pasa. La conversación fue más o menos así:

- So... are you a student or are you working here?
- Well, I'm a PhD student.
- So you're studying.
- No, I'm working.
- Excuse me?
- Hmmm....

Mi despacho. ¡Tenemos sofás!

Solo llevo cuatro días, pero ya noto que la sensación de trabajo es diferente a la de mi facultad de Barcelona. Para empezar, los despachos son más amplios, y mejor equipados. Y tienen lo que siempre he defendido: una sala con sofás a la que puedes ir a echarte a la bartola cuando te entra sueño. Qué gran idea. Y además, también hay sofás en el despacho que me han asignado, jaja.

Pero por otra parte, en los ratos que he estado con otros estudiantes, casi solo se hablaba de física. La gente en general es muy seria aquí, no están a la chanza como estamos en Barcelona, ni hacen chistes ni nada. En especial los asiáticos, qué gente tan apática... Y los alemanes, bastante maleducados, porque cuando estoy con ellos siguen hablando en alemán. ¡Vaya con la cortesía germánica! Creo que voy a tener que buscarme a otra gente con quien ir a comer al mediodía.

Una ardilla cerca del Instituto.

Hablando de comida, he vuelto a comprobar lo buena que es la comida alemana. Tanto en la cafetería del instituto como en los supermercados. En especial me encanta el sauerkraut (tanto en su versión blanca como roja). Y las salchichas, por supuesto. Y las miles de variantes de mostaza que existen (he de probarlas todas!). Y la cantidad de dulces diferentes, qué buenos todos. En especial hay unos navideños llamados Lebkuchen. Son como unas galletas que... bueno, tendréis que venir si queréis probarlos, no puedo transmitirlo por escrito :D

Navidad, sí, estuve aquí durante el final de las navidades. Decidí venirme unos días antes de Reyes para irme habituando a esto sin tener que trabajar. Pude disfrutar de unas mini-vacaciones. Vi el árbol de Navidad de Marienplatz:

Bonito, eh?

Y el numerito que montan en el reloj de la plaza unos muñequitos cuando dan las doce:

Los muñecos se mueven y bailan.

También me encontré con estos señores que iban por la calle haciendo una especie de desfile con música, aunque no tengo ni idea de porqué:


Y fui al cine, donde vi la nueva de Sherlock Holmes. Recomendable película, por cierto. Lo que no era tan recomendable era el precio de la entrada, aún más cara que en España. Al menos, la pusieron en versión original, no en alemán, que a este paso acabará reemplazando al catalán como mi "idioma más odiado". Esto no es como Finlandia, aquí no todos hablan inglés.

Como muestra: tuve una conversación besuguil con un señor el otro día. Mi piso está cerca del Parque Olímpico. Allí hay unas instalaciones deportivas bastante grandes, rodeadas por una verja muy alta y este señor era el guarda. Me acerqué para entrar y el tío me paró y me preguntó algo. A lo que yo respondí:

- Excuse me, I'm not german.
- Schwschwschwschw??
- Nein Deutsch.
- Schwschwschw!!
- Can you speak english?
- No english. Schwschwschwschwschw...
- Sir, I really don't understand.
- Schwschwschwschwschwschwschwschwschwschw...
- I don't know what you're saying!!
- Schwschwschwschw!!
- Puedes decir lo que quieras, que no te voy a entender, imbécil!
- SCHWSCHWSCHW!!??

Y ya cuando parecía que nos ibamos a empezar a cascar, se acercaron unos jóvenes y me explicaron que tienes que sacarte un acceso para poder entrar y tal (básicamente es para profesionales). Lo que sigo sin saber es porqué me gritaba el viejo.

De hecho, el centro deportivo este es donde se celebraron las Olimpiadas de 1972, marcadas por una tragedia conocida como la "Masacre de Múnich". Resumen de la historia: El día 5 de septiembre de ese año, un grupo de terroristas palestinos se colaron en las instalaciones y secuestraron al equipo de atletas israelíes. Todo se fue complicando, y el embrollo acabó desembocando en la muerte de todos los atletas.

El lugar donde los tuvieron como rehenes, y donde asesinaron a algunos de ellos, era un piso de una calle cercana, Connollystraße. Concretamente, en el número 31. Concretamente en el apartamento número 1.

Exactamente el mismo piso donde estoy viviendo ahora.

Fachada del piso. A la derecha de la puerta hay una placa conmemorativa.
Podéis compararla con la foto de la web de wikipedia.

Obviamente, yo no lo sabía. Me lo contó mi compañero de piso una vez llegué aquí, sorprendido de que no lo supiera. He buscado fotos de la época, ¡y es cierto! Por ejemplo, ¿este balcón al que se asoma un tipo encapuchado? Lo tengo aquí detrás, mientras escribo esto.
Hay que ver qué cosas me pasan.

Hay una película, titulada "Munich", de S. Spielberg. La historia de la masacre está contada durante los primeros minutos de la película. No la rodaron aquí, sino en un decorado, pero se parece mucho. Aparecen también, intercaladas, imágenes reales de la televisión. En esas sí que se reconoce el piso.
Concretamente, hay una escena en la que un secuestrador está en, bueno, mi habitación. Mira la televisión y ve cómo le están enfocando desde fuera. Y eso, lo estaba viendo yo aquí mismo, así que era triple, es decir: Estaba viendo mi propia habitación en la pantalla de mi ordenata, donde un tío se estaba viendo a sí mismo en una tele!!! Jajaja

La que sí rodaron aquí mismo es otra película más antigua, "21 horas en Múnich". Para mí es acojonante verla. Os dejo un vídeo de youtube para que veáis como es el piso:


Mi compañero (que lleva aquí más tiempo) me cuenta que hace poco un equipo de rodaje estuvo aquí, rodando otra película que se estrenará el día del 40 aniversario del evento, el 5 de septiembre de 2012.
También dice que los turistas vienen a veces a sacarle fotos a la fachada. En verano, forma parte de visitas guiadas. Y de vez en cuando, hay un grupo de judíos que vienen en sábado a orar frente a la placa. Le han despertado más de una vez. Cuando vuelvan, me acercaré a hacerles una foto. Con mucho respeto, eso sí.

Esta es, por supuesto, una razón más para venir a visitarme. No os perdáis esta oportunidad única de visitar esta pieza de Historia por dentro. Yo estoy viviendo en ella, literalmente ;)