miércoles, 25 de abril de 2012

Viaje a Trento

Últimamente he estado muy ocupado como para actualizar el blog. A falta de poco más de una semana para dejar Múnich, me parece que es el momento de ir comentando cosillas de los últimos meses.
Pero antes de la última entrada sobre Alemania, voy a escribir un par de ellas comentando dos lugares interesantes en los que he estado, en ambos casos para visitar a amigos españoles que están viviendo fuera. El primero de ellos es Trento, Italia.

En la Piazza Duomo de Trento.

Aspecto general de la ciudad.

Esta fue la primera vez que iba a Italia. Esta ciudad está en el extremo norte del país, por eso el trayecto desde Múnich es corto. Más o menos, es la distancia que hay entre Bilbao y Zaragoza. Fue una visita de fin de semana, suficiente porque Trento es muy pequeña (tiene unos 100.000 habitantes). Quizá os suene su nombre porque, históricamente, es conocida por ser donde se celebró el Concilio de Trento, del cual derivó la escisión de la Iglesia cristiana.

Lo más importante que hay allí actualmente es la universidad, por lo que se la puede considerar una "ciudad universitaria". La Facultad de Ciencias ni siquiera está en Trento, sino muy en las afueras, en un pueblo aparte llamado Povo (5.000 habitantes), que es donde estaba viviendo mi colega. Es realmente extraño que se encuentre una universidad allí porque es lo que se dice un pueblo, con sus sembrados de tomates y todo. Al parecer, hay un solo bar para los estudiantes jóvenes que viven allí. ¡Y yo que me quejaba de que la UPV está en medio del campo!

Viñedos en Povo. Los Alpes al fondo.

La ciudad me recordó un poco a la portuguesa Braganza, solo que es más bonita. Su parte antigua es realmente preciosa, como sacada de un cuento. Es toda una zona peatonal, cerrada al tráfico y paseando por allí te encontrabas con edificios admirables cada dos calles o así. Y el olor a Historia, a calles por donde ha caminado gente diversa durante siglos, está presente en cada rincón. El paisaje en derredor es también espléndido porque está cerca de los Alpes (aunque en ese aspecto no es ni de lejos tan impresionante como Innsbruck).
Y como en toda ciudad medieval que se precie, un gran castillo se alza en el centro de ella: el Castillo del Buenconsejo, del siglo XIII. Actualmente es un museo, y merece la pena visitarlo.

El Castillo del Buenconsejo.

En lo que tuve tiempo de ver, se cumplió lo que yo imaginaba encontrar en una ciudad italiana, acogedora y agradable. Sería un buen sitio para vivir con tranquilidad, aunque no sé si uno se acabaría aburriendo de tanta parsimonia, del "italian way of life". En cualquier caso, es un buen sitio para pasar un finde turístico.
Termino con un comentario gastronómico: para probar la "auténtica pizza italiana" tendré que seguir esperando. Aunque fuimos a una pizzería, no encontré diferencias con las que tenemos en España. Al parecer, según lo que me dijo una amiga napolitana, estuve demasiado al Norte.

¡Italia, Italia, entre las montañas y el mar!

4 comentarios:

Jonatan dijo...

Italia es un buen sitio para hacer turismo, al menos en lo que se refiere a edificios históricos. Hay mucho que ver por allí.

Tuviste suerte entonces con la pizza, me parece a mi, porque los macarrones que comí yo de auténtica gastronomía Italiana.... ¡puaj! Me quedo con la cutre receta de macarrones con tomate xD

También comi pizza aunque no recuerdo su sabor, fue curioso porque en el local de mala muerte donde la pedimos (tipico telepizza pero en versioni Italiani) servian la pizza con plato y cubiertos. Recuerdo que la gente nos miraba por comerla con las manos ¡no puede ser tan extraño!

Daniel dijo...

Jajaja, se ve que no estás hecho para apreciar las recetas de pasta italiana.

Verás, ya que lo mencionas, tengo una teoría: En una nación, la gente tiene un elemento en común que es el que los mantiene unidos. Muchas veces es el idioma... pero en Italia no hablan todos el mismo idioma (por si no lo sabes, el italiano no existe! - Esto lo descubrí hace poco).

Lo que les une como nación es la gran importancia que le dan a la comida (y al café). Están todos tarumbas en cuanto a eso. Por ejemplo, mi amiga se escandalizó cuando le dije que suelo cortar la pizza con tijeras - "Oh nooo, qué dices, cómo vas a hacer eso?"

Así que sí, Jon, probablemente comer pizza con las manos en Italia se considere un sacrilegio cuanto menos...

Anónimo dijo...

Dani, la pizza es de Napoles! Cualquier italiano te dirá que la pizza que tomes fuera de Napoles ni es pizza ni es ná!

Tampoco es tan para echarse las manos a la cabeza; es como pedirte una empanada en Tarragona, o una paella en la Coruña, o una sidriña en Málaga. Vale, seguro que son mejores que las que puedas probar en, digamos, Dinamarca; pero no por eso son las "auténticas"!

Daniel dijo...

Ajá, visto así, ahora lo entiendo! Entonces, que haya pizzas con nombres de ciudades (romana, genovesa, siciliana...) no es como lo de la paella valenciana, que es típica del lugar, sino que son solo nombres, como los de los coches de la Seat, no?