miércoles, 13 de noviembre de 2013

La vanidad en la literatura científica

Vuelvo al tema del aspecto social de la investigación científica, en esta ocasión dejando de lado la política. Aunque lo que voy a comentar solo afecta a investigadores, es algo que refleja una tendencia que se repite en muchos otros ámbitos de nuestra sociedad...

Me vino a la mente leyendo este blog: What if?, cuyo autor recibe preguntas insólitas de sus lectores y las responde de manera científicamente precisa. Cuestiones tan absurdas como qué pasaría si juntásemos un mol de topos, cuántos láseres de bolsillo harían falta para mover la Luna solo con apuntarlos hacia ella... y al mismo tiempo tan comunes como si la Tierra saldría de órbita si todos los humanos nos pusiésemos de acuerdo para saltar a la vez. Es uno de mis blogs favoritos, por cierto, lo recomiendo enérgicamente.

¿Y si lanzas una pelota al 90% de la velocidad de la luz?

No lo recomiendo solo porque sea gracioso, sino además porque se aprenden cosas. Un lector casual de ese blog podría preguntarse si no existirá un blog similar, pero de investigaciones científicas serias. Perdería todo el chiste, pero debería ser intelectualmente más satisfactorio. Pues bien, en mi campo tal blog existe, solo que no es exactamente un blog, sino un archivo: el arXiv, donde se archivan y se tiene acceso gratuito a todas las publicaciones de física teórica.

No que decir tiene que lo que se puede encontrar en ese archivo no está escrito para profanos. Está dirigido a la gente que trabajamos en esos temas. Es un sitio web muy conveniente, no tengo ninguna crítica hacia el, más bien elogios. Como veréis si seguís leyendo, mi crítica va dirigida al formato y estilo de redacción utilizado, algo que surge como convenio entre los físicos, me explico:

Hasta hace 30 años (como mucho!) no había internet. Pero sí había físicos. Para poder dar a conocer sus trabajos estaban las revistas. Son el análogo de las compañías discográficas para los músicos. Los científicos entonces redactaban artículos explicando sus resultados y los enviaban (por correo postal!) a las revistas, que los difundían.

Hoy en día, las revistas siguen ahí. El papel que juegan depende mucho del campo científico. Aunque hay campos muy atrasados que siguen haciendo como en los años 70, en mi campo las revistas son un mero trámite. Hay motivos (que no vienen al caso) para seguir publicando en ellas, pero todo el material está disponible de manera gratuita e instantánea en ese sitio web.

El destino final de cualquier libro

Así que muy bien, démonos unas palmaditas en la espalda, qué bien lo hemos hecho... excepto en una cosa - este material siguen siendo artículos. Hechos de páginas, con párrafos, márgenes, etc. En lo que al formato respecta, nada ha cambiado. Ni tampoco respecto al estilo de escritura:

Uno pensaría que cuanto más intelectualmente intrincado es un tema, más fácil hay que ponérselo al lector. Escribir con claridad, remarcar los puntos clave... y también prestar atención a la configuración de página y cosas así. Sin embargo, las publicaciones actuales en física teórica no hacen una sola concesión al lector, dan la impresión de querer ponérselo lo más difícil posible.

Para ilustrar este punto, mirad esta entrada de What if?. Observamos que está escrito:
  • con espacios grandes entre los párrafos.
  • con muchas imágenes.
  • sin innecesarias divisiones entre páginas.
  • con referencias numeradas cuya información se abre en una ventanita.
Es fácil de leer, porque el autor quiere que sigas leyendo.
Ahora comparadla con cualquiera de los pdfs de este enlace a nuestro archivo (solo haced clic en alguno de los links llamados "pdf", junto al número). Observaréis que:
  • No hay espacios entre párrafos. De hecho no tardaréis en encontrar páginas hechas enteramente de texto, todo seguido.
  • No existen imágenes cuyo único propósito sea apoyar una explicación.
  • Está extrañamente dividido en páginas, como si estuviéramos en el siglo XX y tuviéramos que leerlo de una revista imprimida en papel.
  • Las referencias son enlaces que te llevan al punto del texto donde están, en vez de abrir una ventana con la información.
Todas las cosas que se pueden hacer para dificultar la lectura, se hacen. Cuando es precisamente en este tipo de texto donde serían más necesarias.

Así me siento yo a veces...

Hasta aquí, podemos ver que es lo mismo que pasa con otras muchas cosas en el mundo: Se siguen haciendo mal porque siempre se han hecho así. Además de que seguimos sin adaptarnos del todo a la presencia de internet. Pero no creo que este sea el único motivo.

Porque si miramos el contenido, comprobamos algo más: incluso para alguien que se supone que tiene la formación adecuada, es díficil de comprender. El texto está escrito en "estilo científico", lo cual se traduce en que parece estar escrito para que lo lea un androide, no una persona. Nunca se repiten conceptos, aunque sean importantes. Nunca se remarcan las frases clave. Nunca hay un sumario de los símbolos empleados en las ecuaciones. Es difícil de explicar pero en definitiva, se busca que parezca formal y serio, frente a que sea claro y comprensible.

En el fondo, es el mismo motivo por el que los hombres se visten de traje en reuniones serias, en vez de seguir llevando ropa de calle y deportivas. La apariencia lo es todo. ¿Publicar nuestros importantes resultados como si fueran entradas de blog? ¿Estás loco? ¿Que ponga dibujitos para que se entienda mejor? ¿Cuántos años tienes que necesitas dibujitos para entender las cosas? ¿Ventanitas y esquemas? ¿De qué estás hablando? ¿Eres retrasado?

Debe de ser una reunión seria, porque van de traje...

Es una tendencia habitual en el mundo científico el pretender que todos somos muy listos. Tenemos miedo a mostrar nuestras debilidades y los artículos son un reflejo de esto. Se escriben de esta manera por convenio, lo cual significa que todo el mundo secretamente se pone de acuerdo para hacerlo así. Yo mismo en mis artículos me he adherido a este convenio, adoptando una manera de escribir que no habría entendido ni yo mismo (si no fuera porque lo he escrito).

A su vez, esta tendencia es un reflejo de nuestra inseguridad, de ese miedo a que los demás descubran cómo somos en realidad. Que no somos tan guapos, listos o bondadosos como fingimos ser. Esta cualidad humana siempre ha estado presente a lo largo de la Historia, y ahora es la causante de que todos los investigadores del mundo estén dejando un legado que está lejos de ser la fuente de estimulación intelectual que debería.