domingo, 6 de febrero de 2011

Viaje al CERN

Hace una semana que volví de visitar el CERN (supongo que todos sabéis lo que es el CERN, verdad? verdad?). Fui para asistir a una serie de cursos dirigidos a estudiantes de doctorado, lo que se llama "escuela", impartidos por físicos expertos y tal. Ya es la tercera escuela de este tipo a la que voy. Las anteriores fueron en Grecia y Múnich.

La escuela en sí fue un poco mierda. De los cinco cursos que hubo, sólo dos se podían seguir, los cuales no estaban directamente relacionados con mi campo (aunque fueron interesantes). Los otros tres consistían en uno de los siguientes:
  1. Quedarte con cara de vaca viendo pasar un tren mientras el tío habla a toda prisa de cosas supertécnicas.
  2. Aburrimiento total porque el tema del que habla no te interesa en absoluto.
  3. Ver cómo el conferenciante discute con un grupo de viejos de la primera fila los últimos avances de la materia mientras te preguntas si no se suponía que esto era para estudiantes.
Además las clases tuvieron lugar en una especie de garaje en el que habían puesto sillas, un sitio llamado "Planta de filtración". Muy muy cutre:



El CERN tampoco es que sea muy vistoso en general. Todas las grandes instalaciones están bajo tierra y necesitas acceso de seguridad para poder entrar. En la superficie solo hay edificios de hormigón viejos. Esta era la vista desde la habitación de mi hotel:


Habría estado muy guapo poder ir a ver el LHC y toda la maquinaria. Pero el colisionador ha estado en funcionamiento hasta hace poco y en consecuencia, hay niveles de radiación muy elevados que te matarían... (o que te convertirían en superhéroe, quién sabe). Así que no hay visitas guiadas ni nada.

Pero por suerte, unos compañeros conocían a una chica que trabaja en el detector LHCb y nos coló para echar un vistazo. ¡Estuvo guay!

La sala de mandos. Aquí te pones a toquetear y la lías pardísima, fijo.

Tenían un lector de retina para entrar! Qué pasada! :D
Luego nos montamos en un ascensor que tardó la hostia en bajar a las profundidades. Lo primero que vimos fue el antiguo detector Delphi:

El detector Delphi.

Y más adelante el LHCb (La b es de beauty, belleza). Era más grande de lo que parece en la foto:

Yo y el LHCb.

Dicen que algunas piezas eran tan grandes que para transportarlas tuvieron que viajar por carreteras comarcales (porque iba muy lento y habrían colapsado una autopista), pasando por pueblitos pequeños, y tuvieron que tirar balcones para que pasara el mostrenco. Brutal!

Fue una visita muy interesante, casi me entraron ganas de saber más de física experimental. Casi. Jaja.

La Vattay

Aparte de las clases, la escuela había organizado para los asistentes un viaje a la estación de esquí de La Vattay. Nunca había ido a esquiar, fue mi primera vez. Y fue horrible. Bueno, menos mal que siempre hay alguien que lo hace peor que tú, jaja. Pero perdí la cuenta de cuántas hostias me pegué.


En realidad, todo iba bien en llano. Un buen ejercicio. El problema eran sobre todo las bajadas, porque el esquí tiene este pequeño detalle de que no se puede frenar. Así que te lanzas y te vas embalando hasta que ves que vas hacia una roca gigante y no te queda otra que tirarte al suelo antes de llegar.


No puedo decir que me lo pasara especialmente bien, pero fue una experiencia interesante. Además pude ver nieve de nuevo, ya la echaba de menos. Y las vistas eran muy bonitas:

Los Alpes al fondo.
Ginebra


El CERN está situado en la frontera entre Suiza y Francia. La ciudad más cercana es Ginebra (Suiza). Allí es adonde íbamos después de las clases.

No es que sea una ciudad especialmente turística. Pero es muy digna de visitar. Lo más chulo que hay es ese famoso chorro de agua, que es enorme. Sube mucho más alto que los edificios.

Le dije "que salga el chorro detrás"... y así sacó la foto el muy tonto.

Si te acercabas, era chulísimo porque se veía el arcoiris:

El camino a Asgard.

Y yo fui suficientemente temerario como para acercarme hasta el mismo origen del chorro, jeje.

¿A que no te atreves a poner la mano?

Aparte del chorro, es muy bonito darte un paseo por allí. Pero vamos, nada más que un paseo, porque la ciudad es supercara. Astronómicamente. Porque, ya sabéis, los suizos son todos ricos. Por ejemplo, en un bar te cobraban 6,50 francos = 5€ por una simple CocaCola. Y yo me quejaba de Barcelona.

El río Ródano.

De todas formas, ¿de qué viven? ¿De verdad puede un país sostenerse a base de producir chocolate, navajas y relojes?

El reloj de flores. Funciona.

Si ordeñas a esta vaca te sale chocolate Milka en vez de leche :D

Y los suizos son muy especiales. Para empezar no quieren ser parte de la Unión Europea, y tienen su propia moneda (francos). Pero hay otros detalles, como que tienen su propio tipo de enchufe (tres clavijas en vez de dos). Las monedas siempre me confundían, atención:

Para despistar a los extranjeros está bien.

La de 20 céntimos de franco es del tamaño de la de 20 céntimos de euro. Pero la de medio franco, o sea, 50 céntimos, es más pequeña y tiene el tamaño de una moneda de 2 eurocéntimos. Estos suizos están locos.

Además comen lentejas con mostaza (que por cierto, están sorprendentemente buenas!) y le echan mayonesa a las patatas fritas en vez de ketchup. Os lo juro, se lo he visto hacer! Jaja

La Catedral de Ginebra.

También probé la "Fondue", una especialidad suiza que consiste en... queso fundido y... nada más. Nunca la había probado, y tampoco me convenció, por eso.
Sin embargo, sí me gustaron mucho los yogures con nata. En general la comida del restaurante del CERN era genial.

Atardecer en Ginebra.

Un día me fui en una excursión yo solo para ver la confluencia de los ríos Ródano y Arve. Valió la pena por la vista desde un puente situado en el punto exacto, que estaba muy alto. Las aguas de los ríos tienen tonos de verde ligeramente diferentes.

Qué vértigo.
La ONU

Y otro día me fui a visitar la oficina de la ONU en el Palacio de las Naciones. Para esto sí hay visitas guiadas.


Para entrar, tuve que pasar por un montón de controles de seguridad. Había guardias por todas partes. Te cacheaban con todo detalle, como en la aduana de un aeropuerto.

Finalmente, una guía nos dio una vuelta por el edificio explicándonos su historia. Actualmente se celebran como miles de reuniones internacionales cada año. Por esa razón no pudimos ver todas las salas. Pasamos por delante de la famosa sala con esa pintura en el techo (de un artista español):


La guía reiteró muchas veces que fue el mayor regalo que ha recibido la ONU jamás. En ese momento estaban teniendo una reunión que parecía importante.

En la que sí pudimos entrar fue la sala antigua. Históricamente importante por haber acogido reuniones después de la 2ª Guerra Mundial. Era curioso fijarte en la disposición de los representantes de los países.


El Palacio de las Naciones.


Y bueno, esto es lo que me dio tiempo a hacer en una semana. Si todo va bien, es posible que vuelva al CERN muchas veces en el futuro. Pero me acordaré de esta primera visita. Sin duda lo mejor del viaje fue conocer a estudiantes de física de otras universidades, como siempre.

Por suerte, no apareció ningún agujero negro de esos, así que la Tierra sigue en pie, jaja. Pero una cosa, voy a tener que ir avisando a los del LHC, porque me puse a rebuscar por los rincones y así, como quien no quiere la cosa, encontré el bosón de Higgs. Así que que no busquen más, que lo tengo aquí en mi habitación. Oh, y venga ese premio nobel, capullos.

Gotta catch'em all!

8 comentarios:

Gontzal dijo...

Tú te metiste a físico para viajar no?? Y por cierto, que yo tb suelo echar mayonesa las patatas. Lo de las lentejas ya no...

Muy chulo el rollo del esquí, yo hace siglos que no lo practico, pero te aseguro que se puede frenar sin tener que irte al suelo!! jejejeje.

Daniel dijo...

Para viajar y después poner las fotos en el blog, exactamente.

Ya, si la mayoría de los que iban sabían esquiar y parecía que lo hacían muy fácil. También había niños que tenían una práctica que flipas. Y nosotros haciendo el memo, qué humillación!

Y patatas + mayonesa = puaj!

Lete F. dijo...

¡Las bañan en esa mierda!. Yo las patatas fritas solas, o si no con huevo frito o como mucho con la salsa de un chuletón.

¡Tus crónicas son las risas!, hay tantos detalles que comentar que al final no se qué poner.

Por cierto, los Suizos viven de los relojes, el chocolate ¡y los bancos!, y no es tópico. Un primo de mi padre vive allí y de sus dos hijos uno trabaja en un banco y el otro, ¡en una relojería!.

Daniel dijo...

Para mí que es todo una tapadera y allí no trabaja nadie. Tienen umpa-lumpas haciendo las cosas.
Cuando sea rico y tenga una cuenta en Suiza, me enteraré de todo el percal.

Jonatan dijo...

Cuando he llegado al final y he visto tu foto con el boson de higgs me he partido xD ¡qué friki!

Chachi que hayas podido entrar al LHC, pero como se enteren que te has colado ¡te meten entre rejas! Por cierto, no me extraña que no funcione por un cacho de pan... si os cuelan como si nada xD

Daniel dijo...

Es muy friki, sí. De hecho, tenían peluches de todas las partículas, jajaja. Te podías comprar un quark, o un neutrino, o un gravitón... Y se diferencian por el peso, el Higgs pesa un montón :D

Anónimo dijo...

Es lo que tiene la ciencia, que exige viajar mucho (y vivir mucho en el extranjero), así que si eres de los que tienen morriña en cuanto sales del terruño, dedicate a otra cosa porque esta profesión se me hará muy cuesta arriba.

Que tierno! Qué pregunta más inocente! ¿De que viven los suizos? Pues de los bancos en los que tienen todos los ahorros que los políticos y demás gente que maneja el mundo "obtienen" como "recompensa" por su abnegación al servicio del bien público. Por eso no quieren pertenecer a casi ningún organismo internacional, a ver si van a tener que firmar tratados para la transparencia de las cuentas de los bancos suizos y se les acaba el chollo.

Lo de las patatas con mayonesa no me parecen para tanto, al fin y al cabo, el ali-oli es básicamente mayonesa con sabor a ajo (al menos en su versión comercial, que hace rechinar los dientes a los valencianos de pura cepa).

Que grande los congresos científicos con su doble vertiente: congresos veraniegos en una localidad mediterranea con mar y congresos invernales en una localidad con estación de esquí a menos de 50 km. Qué curioso!

Por cierto, que frikada que los peluches tuvieran diferente peso...

Daniel dijo...

Nah, si a mí me encanta viajar de aquí para allá. Es mi rollo.

Putos suizos, qué bien montado lo tienen. Así sí que se puede vivir cómodo, claro, sin tener que trabajar...

Muy buena observación, los congresos siempre tienen su componente vacacional, está claro. Por algo tienen que atraer a los asistentes, hombre, no solo de charlas aburridas vivimos los científicos :D