Bueno, al tema: Lo del verano fue simplemente asistir a unos cursos de física, que no se daban en una universidad, ni en un centro científico, ni nada de eso. Fue en el lugar donde menos cabría imaginar - un pueblecito de 600 habitantes llamado Wolfersdorf, totalmente aislado de grandes ciudades. Creo que precisamente era esa su intención: Que solo nos centráramos en la física.
¡En clase!
Pero, por supuesto, eso no me impidió hacer un poco de turismo por allí. Lo primero que visité fue la ciudad de Leipzig (donde me dejaba mi vuelo). Vamos a ir comentando los sitios donde estuve:
1. Leipzig
Solo estuve allí durante un día, lo justo para hacerme una idea del aspecto que tiene. La sensación que me transmitió fue, sobre todo, de frialdad. No en el sentido térmico (aunque fresquito sí que hacía), sino en que los edificios eran muy grises y austeros. Supongo que una herencia de su pasado comunista en la Alemania del Este. Aunque he leído que las cosas han cambiado, y hay quien la describe como "un París en miniatura". Quizás no estuve el tiempo suficiente como para poder ver las partes nuevas.
Augustusplatz
Minilección de Historia: Entre 1989 y 1990, esta plaza fue el centro de protestas pacíficas contra el gobierno comunista/autoritario que les impuso la República Alemana. No hace mucho de eso, no?
2. Jena
Jena, con unos 100.000 habitantes, es la segunda ciudad más importante de Turingia, y el núcleo urbano más cercano al pueblecito de Wolfersdorf (a 25 km). Así que fue allí donde pasé algunos días por mi cuenta. Y aunque no había casi nada que hacer allí, no me aburrí.
Esta torre es lo único mínimamente vistoso de Jena.
Lo más digno de visita era un planetario, donde pusieron una animación con imágenes del Cosmos acompañadas de música de Pink Floyd (yo creo que le habría pegado más Mike Oldfield, pero bueno). Y un restaurante llamado "XXL" donde me pedí lo que fuera XXL sin saber lo que era porque el menú estaba en alemán, y me trajeron una salchichaza enooorme. Qué rica estaba.
¡Y por la calle vendían salchichas a 2€ y helados a 1€!! Yo alucinaba.
También fue divertido porque pude volver a ver a amigos alemanes que hice cuando estuve de erasmus en Oulu :)
Panorámica de Jena desde arriba.
La ciudad, aunque pequeña, es muy bonita. Muy verde, con calles anchas... Parecía un buen lugar donde vivir con tranquilidad. Nada que ver con el ajetreo de Barcelona.
Una anécdota curiosa es que vi señales de una "Goethe gallery" (galería de Goethe). Pensando que sería un museo de arte (e ignorando que Goethe fue un poeta y no un pintor, jajaja), estuve siguiéndolas un rato sin encontrar ningún museo. Hasta que me di cuenta de que era el nombre de un centro comercial :D
Y otra: durante esos días yo me alojé en el hotel más barato que pude encontrar, y resultó estar muy en las afueras. Tanto, que era como un pueblo aparte con un ambiente muy rural, con animales por ahí y todo esto. Y el "hotel" no era más que la casa de un tipo que alquilaba las habitaciones. Y al tipo este tenía que haberle hecho una foto, porque parecía sacado de unos dibujos animados. Iba vestido con el traje tradicional, estaba gordo... como si fuera la versión adulta del niño alemán de los Simpson! Increíble.
Las cuatro casas del sitio donde me alojé.
3. Erfurt
Un día también fui a visitar Erfurt, ciudad de 200.000 habitantes y capital de Turingia. Sin duda, lo mejor que hice allí fue pedir un plato típico de la región llamado Rostbraten. Una de las cosas más ricas que he comido jamás:
Aaaahhhmmmmmm.... Ojalá me lo estuviera comiendo todavía.
Erfurt es famoso por ser el lugar de origen de Lutero, el fraile que provocó la división de la Iglesia en católicos y protestantes. Allí vivió y estudió hasta los 25 años. Aun sigue en pie el monasterio donde fue ordenado sacerdote:
Monasterio agustino de Erfurt y estatua de Lutero.
Otro de los edificios más importantes es una sinagoga antigua, del siglo XI; lo que la convierte en la más antigua de Europa. Además, es una de las pocas sinagogas (si no la única) que sobrevivieron a la barbarie nazi del siglo XX.
El emblema de la ciudad es una catedral gótica, situada junto a una ciudadela. Desde allí saqué esta vista tan bonita:
Catedral de Erfurt.
También la llaman la "ciudad de los puentes". Tiene un total de 142 puentes que cruzan el río Gera. Son muchos para una ciudad tan pequeña, y es que básicamente te encontrabas con un puente cada pocos metros. Algunos incluso eran de propiedad privada. El más llamativo de todos es el Krämerbrücke (puente de los mercaderes), porque está cubierto por edificios habitados a ambos lados. En el tramo de calle que está sobre el puente hay muchas tiendas turísticas, supongo que de ahí le viene el nombre.
El Krämerbrücke.
4. Weimar
Por último y para completar el viaje, visité Weimar (se pronuncia Vaimar), la cuarta ciudad de Turingia (60.000 habitantes). Realmente esta región de Alemania tiene una densidad de población tirando a baja - tanta población como el país vasco, pero en más del doble de superficie. Y solo hay 4 ciudades que superen los 50.000 habitantes: Estas tres que visité y una más (Gera).
Eso se nota en lo espaciadas que son las ciudades, que no tienen límites para expandirse. Calles anchas, con muchas zonas verdes... Gente con la buena costumbre de desplazarse en bicicleta, y buen transporte público. Precisamente si viajé tanto es porque el tren que las conectaba era barato y pasaba a todas horas.
Bueno, en Weimar no me quedé mucho y había aún menos cosas que ver que Jena. Casi todas las cosas culturales estaban relacionadas con dos poetas alemanes originarios de allí: Goethe (autor de Fausto) y Schiller (autor de Turandot). Había cosas de estos dos por todas partes.
Estatua de Goethe y Schiller.
Weimar también es famoso por el antiguo campo de concentración que está a las afueras. Pero yo no fui a verlo.
5. Wolfersdorf
Finalmente, algo tendré que decir sobre el sitio donde me pasé dos semanas. Fue como un "Gran Hermano" de física. Los organizadores habían reservado todas las habitaciones del hotel de este pueblo. Yo compartía la mía con un compañero de Barcelona. Las clases eran en una sala del mismo hotel. Y nos daban de comer en el mismo hotel.
La entrada del hotel.
La jornada era bastante agotadora: Clases de 9:00 a 13:00, descanso para comer, sesión de problemas de 16:00 a 19:00, pausa para cenar y después de cenar, solución de los problemas de 20:00 a 21:30. Un regimen de trabajo muy propio de alemanes locos.
Pero la comida era increíblemente buena!! Teníamos desayuno buffet buenísimo, y a media tarde nos servían pastelitos, y la comida y cena eran cojonudas. Vaya lujo. Así sí que sacabas energías para trabajar :D
Foto del comedor. Un ambiente muy de pueblo.
Entre unas cosas y otras, apenas sacabas tiempo para nada más. Hay gente que ni siquiera fue a darse una vuelta por el pueblo. No es mi caso, sí que lo hice. Las casas de la gente que vive allí eran preciosas. Muy cuidadas y arregladas. ¡Y tenían un castillo!
El castillo de Wolfersdorf.
Esa planicie verde es el agua del foso cubierta de algas.
Esa planicie verde es el agua del foso cubierta de algas.
Un día nos dieron una visita guiada por el castillo. Al parecer, lo mandó construir algún noble del siglo XVI porque le gustaba ir a cazar por la región. En la II Guerra Mundial, sirvió como almacén de armas o algo así, y acabó sufiendo destrozos. Ahora la gente del pueblo quiere que lo restauren.
Tuvimos más actividades lúdicas organizadas. ¿En qué momento del día?, os preguntaréis. Bueno, esos días solo hacíamos una pausa de 1 hora para comer. La jornada se hacía aún más intensiva y acabábamos a las 19:30. Por ejemplo, un par de días fuimos a montarnos una barbacoa en el monte.
¡Barbacoa de físicos!
Y otras veces íbamos a un pueblo cercano donde tenían una bolera.
Ahí lo tienes, Nota.
Tengo mucha suerte de poder apuntarme a cosas de estas. A cambio de que te den clases de temas de física (que necesitas saber, así que viene bien), te dan buena comida y te organizan cosas divertidas. Además de poder conocer a otros estudiantes de varios países. Esto último es sin duda la mejor parte.
Hablando de conocer a gente, pudimos conocer a dos personajes muy curiosos: Primero, uno de los organizadores, al que conocíamos como "Marathon Man", porque a sus más de 50 años está más en forma que nosotros. Aparte de físico, es atleta, corre maratones y ha participado en el campeonato del mundo de Ironman. Solía invitarnos a ir a correr con él por las mañanas. El primer día fueron algunos, acabaron destruídos y nunca volvieron. Y solo con el entrenamiento diario de un tipo de cincuenta y tantos... jajaja
El segundo personaje era John Cardy, físico superfamoso aunque no lo conozcáis de nada. Galardonado con la medalla Boltzmann y el premio Dirac. De esta gente que no tiene el nobel, pero poco le falta. Fue uno de los profesores de la segunda semana. Solía ir por ahí presentándose a todo el mundo diciendo "Hello, I'm John Cardy!".
El primer día que vino tuve una anécdota graciosa, porque bajé pronto a desayunar (como era buffet, solía ir pronto para que me diese tiempo a aprovecharlo bien), así que estaba yo solo. Y aparece este señor viejito (por entonces yo tampoco lo conocía), se sienta a mi lado y me dice "Hello, I'm John Cardy!". A punto estuve de responderle con un moco como "Tell someone who cares" (Díselo a alguien a quien le importe). Pero solo le dije "Hello". Un rato después bajaron más compañeros, que sí le reconocieron y entonces me di cuenta de quién era. Y de que podía haber aprovechado aquel rato para hablarle de en qué trabajo y todo eso. En fin. También es que soy medio bobo, podía haberlo imaginado: Un señor mayor en el pueblecito de Wolfersdorf, que sabe inglés, que está en el hotel reservado para nosotros... ¿¿Quién será, Dani??
4 comentarios:
Yo hubiese ido con el marathon man todas las mañanas y doblaría sesión por las noches! jajaja. Eso sí, descansaría durante las clases echándome buenas cabezadas, jeje.
Yo aún diría más: Algún día tú te convertirás en un Marathon Man.
¡John Cardy!, ¡pero cómo no le preguntaste por su participación en "Elegidos para el triunfo"!
Así que a Alemania 4 meses. Qué poco patriota eres, podías quedarte en España como el resto de científicos... oh, wait!
¡Ese es Candy, no Cardy!
Y no, no soy el único que se va a las alemanias una temporada. Se está poniendo de moda, parece.
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