Esta entrada está motivada principalmente por unas declaraciones de Alan Moore en esta entrevista. La parte polémica viene cuando dice sobre los superhéroes:
"Ya no representan lo que representaban. Originalmente estaban en manos de guionistas que expandían activamente la imaginación de los niños de 9 a 13 años. Eso era para lo que estaban hechos y lo hacían estupendamente. Hoy en día, los cómics de superhéroes creen que su público ya no es de 9 a 13 años. Es un público más bien de 30, 40, 50, 60 años, normalmente hombres. A alguien se le ocurrió el término "novela gráfica". A esos lectores les fascinó. Tan solo les interesaba encontrar una manera en la que poder continuar con su amor por Green Lantern o Spiderman sin parecer en cierto modo emocionalmente subnormales.
No creo que los superhéroes representen nada bueno. Creo que es más bien alarmante que tengamos un público adulto que va a ver Los Vengadores y se deleita con personajes y conceptos hechos para entretener a los niños de 12 años de los años 50."
Para quien no lo sepa, Alan Moore es uno de los guionistas de cómics más renombrados. Sus obras más famosas son Batman: La broma asesina, Watchmen y V de Vendetta. Estas dos últimas han sido adaptadas al cine, y el autor reniega de ellas. Las declaraciones de arriba han creado polémica en internet por la cantidad de fans de los cómics que admiran sus obras.
No voy a hablar de Alan Moore, sino del profundo malentendido que subyace detrás de sus razonamientos. Uno que al parecer está tan extendido que hasta guionistas de superhéroes mundialmente reconocidos lo comparten. Porque si disfruto con los cómics, y me encantó la peli de Los Vengadores, ¿soy yo un subnormal emocional?
Es cierto que los personajes más populares fueron creados en los años 50-60 y que en sus inicios estaban principalmente dirigidos a un público infantil. Desde entonces, la manera de contar las historias se ha vuelto más sofisticada y los cómics pueden cubrir, y cubren, una gran diversidad de temas.
De hecho, la frase que más me ha chocado es "No creo que los superhéroes representen nada bueno". Porque según mi experiencia, hoy existen dos tipos de personaje superheroico:
"Ya no representan lo que representaban. Originalmente estaban en manos de guionistas que expandían activamente la imaginación de los niños de 9 a 13 años. Eso era para lo que estaban hechos y lo hacían estupendamente. Hoy en día, los cómics de superhéroes creen que su público ya no es de 9 a 13 años. Es un público más bien de 30, 40, 50, 60 años, normalmente hombres. A alguien se le ocurrió el término "novela gráfica". A esos lectores les fascinó. Tan solo les interesaba encontrar una manera en la que poder continuar con su amor por Green Lantern o Spiderman sin parecer en cierto modo emocionalmente subnormales.
No creo que los superhéroes representen nada bueno. Creo que es más bien alarmante que tengamos un público adulto que va a ver Los Vengadores y se deleita con personajes y conceptos hechos para entretener a los niños de 12 años de los años 50."
Para quien no lo sepa, Alan Moore es uno de los guionistas de cómics más renombrados. Sus obras más famosas son Batman: La broma asesina, Watchmen y V de Vendetta. Estas dos últimas han sido adaptadas al cine, y el autor reniega de ellas. Las declaraciones de arriba han creado polémica en internet por la cantidad de fans de los cómics que admiran sus obras.
No voy a hablar de Alan Moore, sino del profundo malentendido que subyace detrás de sus razonamientos. Uno que al parecer está tan extendido que hasta guionistas de superhéroes mundialmente reconocidos lo comparten. Porque si disfruto con los cómics, y me encantó la peli de Los Vengadores, ¿soy yo un subnormal emocional?
Es cierto que los personajes más populares fueron creados en los años 50-60 y que en sus inicios estaban principalmente dirigidos a un público infantil. Desde entonces, la manera de contar las historias se ha vuelto más sofisticada y los cómics pueden cubrir, y cubren, una gran diversidad de temas.
De hecho, la frase que más me ha chocado es "No creo que los superhéroes representen nada bueno". Porque según mi experiencia, hoy existen dos tipos de personaje superheroico:
- Aquellos que tienen una naturaleza problemática y violenta. Por ejemplo, Punisher o Kick-Ass. Estos tebeos transmiten de manera apropiada la incomodidad y las cuestiones que estarían asociadas con ser un justciero en el mundo real. En estos casos podría estar de acuerdo con Moore.
- Por otra parte, la mayoría de personajes se consideran "buenos". Pero creo que es casi imposible encontrar un cómic en el que el protagonista es idealizadamente bueno. En el pasado sí, pero las historias actuales tratan con personajes imperfectos, con profundidad psicológica. Concretamente, en muchas ocasiones víctimas de situaciones trágicas.
En otras palabras, la mayoría de los superhéroes son más humanos ahora de lo que lo han sido nunca antes. Para encontrar un cómic "emocionalmente subnormal", tendrías que dejar fuera toda nuestra comprensión moderna del mundo, y eso no lo hace casi ningún autor.
Esto es, principalmente, lo que no consigue ver el señor Moore, y muchas otras personas. Porque, y este es el punto clave, es fácil dejarse llevar por las apariencias:
Las historias de superhéroes no contienen grandes análisis ni disertaciones desarrolladas a fondo. Para eso hay lecturas mucho más adecuadas y sin duda, emocionalmente maduras. lo que contienen los cómics son solamente semillas, meros embriones de ideas que puedes poner en tu cabeza y desarrollar por ti mismo, y que pueden ser muy útiles a la hora de desafiar tu propia percepción de lo que es ser un héroe, y criticarte a ti mismo y a la sociedad en la que vives.
Al igual que leer un libro es más rico que ver una película, porque tú mismo pones las imágenes en tu cabeza; creo que hay una riqueza en este tipo de lecturas que a priori podrían parecer inmaduras, porque no tienes a otra persona poniendo sus conclusiones en tu cabeza, sino que tú mismo generas tus propias.
He de añadir que no es sano que los superhéroes sean tu única fuente. Son un complemento más a tantas otras cosas de las que una persona puede nutrirse. Pero esto pasa con todo, en general es peligroso tener un solo libro en la cabeza. Y en particular, una excesiva devoción hacia los héroes puede ser precursora de ideas fascistas.
Esto es, principalmente, lo que no consigue ver el señor Moore, y muchas otras personas. Porque, y este es el punto clave, es fácil dejarse llevar por las apariencias:
Las historias de superhéroes no contienen grandes análisis ni disertaciones desarrolladas a fondo. Para eso hay lecturas mucho más adecuadas y sin duda, emocionalmente maduras. lo que contienen los cómics son solamente semillas, meros embriones de ideas que puedes poner en tu cabeza y desarrollar por ti mismo, y que pueden ser muy útiles a la hora de desafiar tu propia percepción de lo que es ser un héroe, y criticarte a ti mismo y a la sociedad en la que vives.
Al igual que leer un libro es más rico que ver una película, porque tú mismo pones las imágenes en tu cabeza; creo que hay una riqueza en este tipo de lecturas que a priori podrían parecer inmaduras, porque no tienes a otra persona poniendo sus conclusiones en tu cabeza, sino que tú mismo generas tus propias.
He de añadir que no es sano que los superhéroes sean tu única fuente. Son un complemento más a tantas otras cosas de las que una persona puede nutrirse. Pero esto pasa con todo, en general es peligroso tener un solo libro en la cabeza. Y en particular, una excesiva devoción hacia los héroes puede ser precursora de ideas fascistas.
Pero dejar de lado los cómics tachándolos de inmaduros tampoco es bueno, porque entonces estamos despreciando lo que tienen que aportar a las cuestiones básicas sobre el bien y el mal. Es principalmente en esto en lo que pueden dejarte mucho más versado y contribuir a que seas emocionalmente juicioso, es decir, todo lo contrario de subnormal.